La supuesta entrada triunfal.
Mateo 21:1-3
“Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, 2 diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. 3 Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará.”
Durante estas semanas gran parte de la población mundial estará recordando tres eventos claves en la vida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo; la entrada triunfal a Jerusalén, su muerte, y su resurrección, algo que los verdaderos creyentes debemos recordar no solamente por estos días, sino que debe ser nuestro motivo de gratitud diario, debido a que sin lugar a duda estos maravillosos eventos y hechos de nuestro Señor Jesucristo son la fuente de nuestra redención. En este estudio analizaremos el primero de ellos, la entrada triunfal en Jerusalén.
Las personas que vivían en Jerusalén estaban sedientas de libertad, estaban cansadas del dominio de imperios ajenos a ellos, llevaban generaciones enteras sin ver la gloria que alguna vez tuvieron con el Rey David o con Salomon, y al escuchar que el Mesías, el Libertador va a entrar en la ciudad, se amontonan multitudes para ver y recibir a este Rey que habían estado esperando por siglos.
Bajo esta expectativa y en este contexto Mateo nos deja ver por medio del texto Bíblico en el Versículo 1 del capitulo 21 que nuestro Señor envía a dos de sus discípulos y les dice que vayan a la aldea de enfrente y que van a encontrar una asna atada y un pollino con ella, que los traigan y que si alguien les pregunta porque se lo llevan lo único que deben decir es “porque el Señor lo necesita”, este relato es simplemente fascinante, pero ¿cómo Jesús sabía que en esa aldea había un pollino o burrito? ¿Cómo sabía que no estaba en un establo dentro de una casa donde normalmente estaban los animales? ¿Cómo sabía quienes eran sus dueños? Y ¿cómo sabía que sus dueños iban a dejar que unos completos desconocidos se llevaran a su pollino solamente diciéndole porque el Señor lo necesita? La respuesta a todas estas preguntas es la misma, porque Jesús es Dios. El lo sabe todo, lo controla todo, puede disponer de todo, porque por El y para El fueron hechas todas las cosas tal cual lo expresa el apostol Pablo en Colosenses 1:15-17. Y este Señor y Rey que sabe y controla todo quiere mostrarnos y enseñarnos algo que en ese momento también le enseñó a sus discípulos: El tiene el perfecto control y todo está planeado y milimétricamente medido por El. No hay nada en este relato que pase por coincidencia, y Jesús quiere hacer este énfasis por los eventos que van a ocurrir en los días siguientes. Su aprensión no sería casualidad, su muerte y resurrección no serían coincidencia, todo lo contrario, El les enseña a Sus discípulos y ahora a nosotros que El está en perfecto control, que todo lo mueve a su antojo, conforme a su soberana voluntad, nadie lo va a matar, nadie jamás le vencerá, El mismo se dirige voluntariamente al camino de la cruz para pagar el rescate por muchos, tal cual lo expresa Juan 10:17-18.
En Segundo lugar, surge una pregunta, porque un pollino? Porque nuestro Señor Jesucristo elige un animal de carga, poco elegante y usado por los más humildes? Porque no un caballo imponente digno de un rey? La respuesta la encontramos en los versos 4 y 5. Estos versículos nos transportan inmediatamente a Zacarías 9:9. El profeta escribió esto 520 años aproximadamente antes de que sucediera. No existe plan B, el plan de Dios solo tiene plan A, y es Su soberana Voluntad la cual SIEMPRE se cumplirá sin importar las circunstancias, tal cual pasó también con la coronación y entrada del rey Salomón, la cual será un espejo de la entrada de nuestro Señor Jesucristo, 1 Reyes 1:5-7 y 1:31-35. Todo esto nos muestra que aquel que es Verdadero, siempre prevalecerá sobre lo ficticio, sobre el usurpador, sin importar los caballos los ejércitos, los imperios ni las potencias, nuestro Señor Jesucristo al final de la jornada es y será por siempre Rey de Reyes y Señor de Señores. Y así vendrá un día, ya no sobre un pollino, dispuesto a sufrir y morir en favor de pecadores, ahora su misión será venir en gloria para establecer Su reino para siempre y destruir a sus enemigos según Apocalipsis 19:11-16.
Por último, en el verso 8 del capítulo 21 de Mateo, vemos que las multitudes tendían sus mantos y extendían ramas de los árboles para que el Rey entrara en la ciudad, y gritaban Hosanna! Que significa “sálvanos ahora, te rogamos”. Esta gente estaba esperando al libertador durante siglos y habían oído de las maravillas y milagros de Jesús, y estaban extasiados de saber que ahora este rey les iba a libertar de la opresión Romana. Lo paradójico de esta bienvenida es que 5 días después de su entrada en Jerusalén, estas mismas personas ahora estarían enardecidas gritando “crucifícale”, pero porque? cuál era la razón de su enojo? Simplemente no conocían al Señor, no sabían que Cristo venía a libertarlos del pecado y la condenación eterna, y al ver defraudadas sus expectativas egoístas y terrenales se encendieron en ira. La pregunta en este punto es, podemos estar adorando y recibiendo al Señor Jesucristo por las motivaciones equivocadas? Y la respuesta es si, hoy miles de personas se congregan a adorar y exaltar el nombre de un Cristo que satisface sus motivaciones personales, van a sembrar para que les multiplique su dinero, acuden al estrado de sus pies por un milagro físico, o para que les conceda el carro o la casa, o les dé un esposo o esposa que quieren de la manera que ellos lo piden, como si Cristo fuera el genio de la lámpara a quien pudiésemos usar para cumplir nuestros caprichos. Esto mismo estaba esperando este pueblo deseoso de libertad, pero al no obtenerla a su manera, unos pocos días después le estaban rechazando y pidiendo su muerte. Cristo merece ser adorado porque es Dios, porque es el Rey de Reyes y Señor de Señores, delante de quien debemos doblegar hasta nuestra propia voluntad y deseos y someterlos a su Reinado y Señorío. Él es nuestro redentor y el motivo de nuestra salvación, a Él sea toda alabanza y adoración por los siglos de los Siglos.