RESEÑA HISTORICA DE LA REFORMA
Romanos 12:2
”No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
El apóstol Pablo invita a los miembros de la iglesia en Roma a no “conformarse” a este siglo. Es muy importante entender el verdadero significado de la palabra conformarse en este texto. De ninguna manera el apóstol está instando a buscar más bienes materiales, o a no quedarse satisfecho con sus posesiones y buscar más riquezas, ni estudios, ni nada material que pueda ser visto como auto superación. De ninguna manera está dando un discurso motivacional. Para entender correctamente este texto tenemos que buscar la palabra griega utilizada originalmente para “conforméis” la cual es “susjematidzo” que significa: formar en manera parecida, el mismo patrón, moldear, dar la misma forma que. El texto ahora, cambia totalmente de sentido al leerlo con la interpretación correcta. Pablo, apóstol de Jesucristo, está invitando a la iglesia a no tomar la forma del mundo, a no amoldarse a su forma de pensar, ni de actuar, ni a sus costumbres, ni prácticas que se salgan de la buena Voluntad de Dios, la cual es agradable y perfecta.
Un hombre durante el siglo XVI tuvo muy claras estas palabras, y de seguro las mismas retumbaron en su cabeza al verse en un gran cuestionamiento; ¿como un hombre pecador como yo puede estar en paz frente a un Dios Santo y Justo? El estudio profundo del libro de los Salmos y de Romanos, del cual era maestro, hacía que estas palabras del capítulo 12 fueran el combustible para iniciar una gran búsqueda que, sin querer, desembocaría en un acontecimiento que cambiaría la historia de la iglesia de aquella época, y su alcance llegaría hasta nuestros días. Este hombre fue Martín Lutero, y el movimiento que impulsó sin proponérselo fue llamado la Reforma protestante, de la cual haré una breve reseña para entender un poco más su importancia e impacto para la iglesia actual.
Antes de hablar de la Reforma protestante del siglo XVI es importante recordar que a lo largo de la historia de la humanidad Dios siempre ha preservado Su Palabra y ha sido y será siempre Fiel a si mismo porque esa es su naturaleza. Recordemos que El siempre ha usado seres humanos pecadores e imperfectos para llevar a cabo Su perfecta Voluntad conforme al dictamen de Su Soberanía. Vemos a Noé y su familia, a Moisés y a José en Egipto, Daniel en Babilonia, los discípulos en el nuevo testamento, etc, etc, etc. En fin, vemos como Dios preserva siempre un remanente para la gloria de Su nombre; siempre El en su misericordia le da al ser humano la salida por más oscura que sea la época de la humanidad. Pues ese precisamente era el contexto de aquellos años. Según los historiadores, la Iglesia estaba pasando por un túnel de oscuridad en el cual la corrupción, la avaricia, el afán de poder y reconocimiento humano la habían hecho desviar del camino. Pero Dios en su infinita misericordia levantó hombres valientes que defendieron la verdad y no se doblegaron ni se conformaron a su siglo, que con todo y sus errores tan humanos pusieron sus vidas para la Gloria de Dios y sirvieron de instrumentos en manos del Todopoderoso para que usted y yo hoy podamos tener acceso a las Sagradas Escrituras y por ellas conozcamos a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien por gracia nos brinda su Salvación. Dentro de este grupo de hombres está Valdo, un mercader muy rico, quien durante el periodo de la Pre reforma en el año 1170 en Lyon Francia decidió estudiar la Biblia. Como solo tenían la Vulgata Latina, escrita en latín, un idioma que el pueblo no conocía, algo muy conveniente para el papa de turno porque no querían que el pueblo se instruyera en las Sagradas Escrituras ya que les convenía mantenerlos ignorantes para sacar provecho de ellos y poder manipularlos a su antojo, este hombre decidió entonces emprender la empresa de traducirla a su propio idioma para entenderla, y posteriormente predicarla por toda Francia especialmente a los pobres. Fue así que llegó incluso a extenderse en algunos lugares de Europa y su grupo de seguidores eran conocidos como los “valdenses”. Posteriormente vino John Wycliffe nacido en Inglaterra y quien en 1374 era ya rector parroquial de Lutterworth, y cuando Roma exigió apoyo financiero de Inglaterra John se opuso argumentando que ya la iglesia era demasiado rica y que Cristo no había llamado a la iglesia a acumular riquezas. Por estas opiniones el papa emitió 5 edictos eclesiásticos en su contra, pero Wycliffe no se detuvo, todo lo contrario, empezó a traducir la Biblia al inglés, y en 1382 se publicó el primer nuevo testamento de la Biblia traducido por el a mano ya que aún no se había inventado la imprenta. Luego vino Jan Huss, nacido en el reino de Bohemia en 1369 y quien predicaba en contra de la iniquidad rampante del clero. Mientras Huss leía las Escrituras y veía a los papas de su época abusar de su poder, concluyó que la autoridad papal no era la final. Sus enseñanzas muy a fines con los escritos de John Wycliffe, el predicar en lenguaje común y no en latín y el estar en contra de las indulgencias lo llevaron a ser declarado como hereje y a ser condenado a la hoguera en 1415. Posteriormente vino Girolamo Savonarola nacido en Italia en 1452, quien se ordenó en la orden dominicana, llegó a Florencia en 1490 y frecuentemente predicaba desde la catedral en el lenguaje de las personas y no en latín. El anunció la gracia salvadora de Cristo y criticó las prácticas inmorales de líderes políticos y eclesiásticos. Finalmente el papa Alejandro VI, a quien tanto criticó, lo excomulgo y fue condenado a la hoguera en 1498.
Todos estos pre reformadores tuvieron algo en común, les unía el entender las Sagradas escrituras como la máxima autoridad, predicaban en el lenguaje del pueblo y no en latín y exponían los abusos del papa y de Roma, todos ellos excomulgados y dos murieron en la hoguera, pero nunca se retractaron y abrieron paso a Martín Lutero. Lutero nació en Alemania en 1483 y empezó a estudiar leyes en 1501, allí se destacó académicamente y aprendió además del latín conceptos claves como la justicia, y la justificación que posteriormente iban a ser trascendentales en su vida. En el año 1505 se retiró de la universidad por un voto hecho en medio de la desesperación por salvar su vida durante una fuerte tormenta y se unió a la orden Agustiniana para cumplir su promesa. Ingresando a sus estudios como monje profundizó en el carácter Justo y Santo de Dios y lo atormentaba una pregunta: ¿Cómo un ser tan pecador podía estar bien con un Dios justo?, y en medio de su ignorancia la historia dice que intentaba alcanzar por obras la respuesta a su pregunta, se flagelaba, dormía en en el frío semi desnudo, pasaba días encerrado, pero nada funcionaba, simplemente pensaba que Dios había puesto un estándar muy alto para ser alcanzado por un ser humano y las obras. Se sentía frustrado y preocupado por no poder estar a paz con Dios. En 1507 se ordenó como sacerdote y en su primera misa no pudo terminar porque al ofrecer el pan y el vino no podía entender como alguien tan pecador como él pudiera tener algo tan santo y puro como el cuerpo y la sangre físicos de Cristo (esto era lo que la iglesia Católico-Romana creía), esta doctrina de la transubstanciación le hicieron entran en crisis, se paralizó y alguien más tuvo que terminar la misa porque el físicamente no pudo. Por este motivo fue enviado en 1508 como maestro a la universidad de Wittemberg a dar estudios sobre largos pasajes de la Biblia. Entre 1510 y 1511 fue comisionado para viajar a Roma y este viaje había causado altas expectativas en Lutero porque por fin conocería la ciudad santa. Pero que gran sorpresa se llevó cuando lo que vio fue como la corrupción y la maldad se habían infiltrado en la iglesia y que eran evidentes al promocionar la venta de indulgencias las cuales según ellos hacían reducir el tiempo de los familiares fallecidos en el purgatorio, empobreciendo más a los necesitados y enriqueciendo cada vez más al clero. Desilusionado de la iglesia y del papado, pero no de Dios, regreso a Wittenberg y continuó sus estudios sobre los Salmos y el libro de Romanos. Entre los años 1515 y 1516 estudió Romanos 1:17 “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Más el justo por la fe vivirá…” Entendió que el pecado trae una condición de muerte sobre el ser humano, y no hay nada que pueda hacer el hombre por sí mismo para resolver su condición si no es por fe. El hombre puede estar bien con Dios, no por una justicia propia que provenga de la persona misma, sino por una justicia que es una declaración de Dios, en que imputa la justicia de Cristo por medio de la fe, al creyente, y los pecados del creyente, por medio de la fe, a Cristo, pagando El por la cruz nuestros pecados. Este entendimiento abrió las puertas del paraíso para Lutero y entendió la justificación por gracia, solo por la fe, solo en Cristo Jesús.
Al mismo tiempo en Europa el papa Leon X quería terminar la basílica de San Pedro, pero le faltaba dinero, así que hizo un pacto con Alberto de Branderburgo quien era muy joven para ser obispo, pero aún así tenía 2 obispados por medio de pagar por ellos, y quería un tercero para ser el más poderoso de Alemania. Fue así como acordaron un precio por 10 mil ducados para q Leon X tuviera el dinero para terminar su construcción y Alberto fuera el obispo más poderoso de Alemania. Hicieron un préstamo en un banco para obtener el dinero y Leon X le permitió la venta de indulgencias por toda Alemania y le proveyó de un monje dominico llamado Juan Tetzel conocido por hacer cualquier cosa para vender sus indulgencias.
Es así como Lutero fue testigo de cómo las indulgencias de Tetzel no solo afectaban la economía de los pobres en Alemania, sino que además iban completamente en contra de la realidad del evangelio de Cristo, el cual promete salvación gratuita por medio de la fe en El solo por su gracia. Así que el 31 de Octubre de 1517 Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia de Wittenberg sus 95 tesis contra las indulgencias, no con el ánimo de provocar una reforma, sino con la intención de invitar a un debate académico sobre el tema; de hecho las publicó en latín, lengua que solo entendían los académicos y no en alemán que era la lengua que el pueblo entendía. Pero probablemente algunos alumnos de la misma universidad las tradujeron y con ayuda de la imprenta que había sido inventada hacía pocos años atrás por Juan Gutemberg, las 95 tesis se reprodujeron a tal punto que en cuestión de semanas se tradujeron a varios idiomas y llenaron toda Europa. Por supuesto esto llegó hasta oídos del papa, quien lo excomulgó por medio de una bula papal en 1520, y la cual Lutero quemó públicamente; entonces fue convocado a presentarse ante el papa en Roma, pero Federico el sabio quien era el fundador de la Universidad de Wittenberg intercedió por el, alegando que un ciudadano Alemán debía ser juzgado en tierras alemanas. Por esta razón fue convocada una dieta (reunión papal) en la ciudad de Worms en 1521. La reunión fue corta y directa al punto. Le preguntaron a Lutero si se retractaba de todos su escritos; sin duda alguna, por la mente de Lutero pasaban las hogueras, la llamada Santa inquisición que aún estaba en vigencia, pero su respuesta fue única, el pidió 24 horas para pensar su respuesta. Al día siguiente se presentó y dijo frente a todos los presentes las siguientes palabras: “A menos que sea convencido por el testimonio de la Escritura o por un argumento razonable; puesto que no confío en papas ni concilios que han demostrado equivocarse varias veces, mi conciencia está cautiva a la Palabra de Dios, e ir contra tal conciencia no es seguro ni correcto. No puedo ni quiero retractarme”. Entonces la dieta de Worms lo declaró hereje, ordenó que nadie le diera refugio ni comida y pidió su arresto. Entonces Federico el sabio simuló un secuestro porque la vida de Lutero estaba en peligro y lo llevó al castillo de Wartburg donde pudo continuar con su estudio de las Sagradas Escrituras e inició la traducción de la Biblia entera al Alemán. Allí nació la Reforma, como una protesta a los abusos de una iglesia alejada de los principios Bíblicos. Reforma cuyos pilares fundamentales son sola Escritura, sola Fe, sola Gracia, solo Cristo y solo a Dios sea la gloria.
Sin duda alguna esta historia es fascinante, e inspiradora; y cuanto más aún lo es la Santa Palabra de Dios que fue la que dio origen a todo este movimiento y lo que motivó a Lutero a no conformarse a este siglo. Del mismo modo la iglesia de nuestros días necesita hombres y mujeres que no se amolden a conveniencias, que no se dobleguen ante las falsas enseñanzas y doctrinas de error, hombres y mujeres que se sumerjan en el estudio de la Palabra de Dios y practiquen y defiendan con su vida misma, si es necesario, las enseñanzas que en ella están expuestas.