LA MUERTE MAS IMPORTANTE DE LA HISTORIA

JN 19:30 Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es!a E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Morir no suele considerarse como una demostración de poder. Mucho menos morir por pena capital, esto está relacionada con debilidad, fracaso, derrota e impotencia. Pero la muerte de Jesús fue muy diferente. Aun cuando pueda resultar sorprendente, el caso de la muerte del Hijo de Dios fue una demostración contundente de autoridad, victoria, éxito y control absoluto sobre todas las cosas aun hasta los detalles que parecieran ser insignificantes. La biblia registra la ultima frase que salió de los labios benditos de nuestro Señor en sus últimos minutos de vida mientras estaba en la cruz: “Consumado es”. Qué quiso decir el Señor con esta expresión? Estas palabras no suenan a victoria, verdad? Seamos honestos, no parecen palabras de triunfo en absoluto, más bien todo lo contrario. Qué clase de poder puede haber en estas palabras? Qué tipo de éxito puede haber aquí?.

Desde una perspectiva humana, un hombre clavado en una cruz no parece ser muy poderoso, ni exitoso y mucho menos parece tener control de lo que le está pasando. No obstante, a pesar de las apariencias, en la cruz del calvario Jesucristo hizo un despliegue de poder sin precedentes. Jesús demostró en la cruz Su poder absoluto para salvar. La sangre de Jesús era el gran pago requerido para que fuésemos liberados de la esclavitud del pecado y de sus consecuencias es decir de la separación de Dios y el hombre. Se trata del pago que hizo Jesus a la justa ira de Dios Padre por nosotros, siendo así la iglesia salvada de toda condenación. Las preciosas palabras “consumado es” las dijo con sus labios pero teniendo a sus hijos en Su corazón, pero que quiere decir “consumado es (tetelestai):  Quiere decir Misión cumplida!, Salvación efectuada!, Rescate pagado! En el momento de la muerte del Mesías, el rescate del pueblo de Dios fue completado, una obra de liberación perfecta y definitiva a la que no se le puede añadir nada por que todo fue hecho por El. La expresión «consumado es» nos enseña que Cristo es el sustituto perfecto y efectivo, El es el único capaz de salvarnos de una vez y para siempre: «porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados» (Heb 10:14)

Una observación vital que debemos hacer cuando pensamos en la muerte de Jesús en la cruz es que fue una muerte intencional en todos los sentidos. El Señor no solo vino a la tierra a morir voluntariamente, sino que también, al ser sin pecado, entregó Su vida porque así lo quiso, estando en control de ella en todo momento. Nadie le quitó la vida a Jesús! Él entregó Su aliento de vida porque Él deseó hacerlo, no porque nadie tuviera poder sobre Él para quitársela, fue una entrega completamente intencional. La Biblia lo afirma:

JN 10:17-18 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. Jesús es Señor soberano sobre la muerte. Cristo tiene control absoluto sobre ella. Esto sí que es poder! Pensemos un poco sobre el gran poder de la muerte. La muerte es muy poderosa, sin duda es el enemigo más fuerte que tenemos. Es evidente que nadie puede con ella porque «la paga del pecado es muerte» (Ro 6:23). Todos los seres humanos de la historia fueron, son y serán derrotados por la muerte. La muerte se levanta con inmenso poder como una reina invencible. Pero —¡Gloria a Dios por este «pero»!— Cristo entregó Su vida voluntariamente para volverla a tomar. Simplemente, la muerte no pudo con Él; la muerte no tuvo opción alguna de retenerlo. Así el Señor dio Su vida cuando a Él le plació, y después resucitó según el plan divino por el Espíritu Santo (Ro 8:11). No negamos que la muerte es poderosa, pero no mas que nuestro gran Rey Jesús. Debido a que Él la venció, ¡nosotros la venceremos gracias a Él!

Previous
Previous

QUIEN ES EL ESPIRITU SANTO?

Next
Next

LA REVELACION PUBLICA DE EL REY