UN EVANGELIO DE PAZ

Lucas 10:1“Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde el había de ir.”

La frase “después de estas cosas” con la cual inicia el versículo es una frase de transición que nos da a conocer que lo escrito previamente es de suma importancia para entender lo que sigue en el texto, por lo tanto, la pregunta sería cuáles fueron las cosas que anteriormente fueron expuestas por el texto, y encontramos que en el capítulo 9:46 Los discípulos discutían por quién era el mayor o más importante entre ellos, en el versículo 50 Jesús los exhorta a que no le prohíban a otros echar fuera demonios así estas personas no los siguieran a ellos. En el versículo 55 Jesús les reprende a sus discípulos por pedir fuego del cielo para consumir a un grupo de personas por no haberlos recibido en una aldea. En el versículo 58 al 62 Jesús les deja claro a sus discípulos que para seguirlo a Él y trabajar para su reino El debe ser la única  prioridad.

Ahora si, teniendo en cuenta este contexto inicia el capítulo 10. En primer lugar comisiona a otros 70 en el verso 1, porque a otros 70? Sin duda alguna quiere enseñar algo importante, El siempre quiere enseñar, sus discípulos venían en los pasajes anteriores de unas actitudes incorrectas como vimos anteriormente y el Maestro quiere enseñar como se debe hacer el evangelismo, El quiere mostrar que vino para salvar a los perdidos (v. 56 cap. 9) ese es Su propósito sin importar que haya diferencias entre los discípulos o disputas por quien debe ser el más importante entre ellos, el propósito de Cristo es salvar al pecador. Sin importar o no que sigan a los discípulos, que compartan sus puntos de vista o no ( porque en últimas a quien deben seguir es a Jesús), el propósito de Cristo es salvar al pecador. Sin importar que los reciban en una aldea o los rechacen y sean hostiles con ellos, el propósito de Cristo es salvar al pecador; y al ser Cristo el evangelio mismo, el propósito de este es anunciar a Cristo quien es el único que puede salvar al pecador.

Esto es lo que vemos precisamente en este primer verso del capítulo 10, Cristo los envía delante de Él a toda ciudad y lugar a donde había de ir para que anuncien al que está con ellos y el que ha de venir: a Cristo. Que gran verdad que se aplica perfectamente para la iglesia de nuestros días, El nos ha enviado para que anunciemos al que está con y en nosotros, a Cristo y al que ha de venir: a Cristo. Si la iglesia está anunciando otro mensaje está desenfocada. En este punto del pasaje donde el Señor envía a otros 70 para que vayan delante de Él anunciándolo surge una pregunta, quiénes eran estos 70? La respuesta es tan clara como el texto mismo, no define sus nombres. Un día escuché a un pastor decir que el verdugo del ego es el anonimato, y cuanta razón hay en estas palabras, el que quiere ser reconocido y llevarse los aplausos está desenfocado en su tarea porque el único que debe ser reconocido en la obra de Dios es Cristo. Dios quiere que trabajemos anunciando Su evangelio para la Gloria de Su nombre. 

En segundo lugar Jesús les dice en el verso 2 que la mies es mucha y los obreros pocos pero que su tarea era orar para que el Señor de la mies envíe más obreros a Su mies. Pastor Chávez nos enseñaba hace unas semanas la importancia de la oración en el evangelismo y que nosotros como iglesia somos esos obreros llamados a trabajar en Su mies. Y el texto es claro cuando afirma “obreros a Su mies” El es el dueño de la mies, le pertenece y es Su responsabilidad enviar los obreros, El determina el número de obreros para trabajar el terreno, es El quien decide a qué cultivo o terreno enviarnos, nuestra responsabilidad como iglesia es la del obrero; trabajar anunciando el evangelio de Cristo, no somos los dueños sino los obreros enviados por el dueño, no nos corresponde seleccionar terrenos para trabajar o juzgar a quienes si anunciar el evangelio o a quienes no, ni mucho menos decidir quien si es digno de recibir el mensaje de salvación y quien no lo es. La misión de la iglesia es trabajar en la mies que Dios nos ponga y anunciar a Cristo, y si el terreno está muy árido o difícil nuestra misión es la misma porque recordemos lo que dice Pablo en 1 Cor 3:6-7 “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento”. 

En tercer lugar analicemos en el v. 3 que Jesús los envía como corderos en medio de lobos, pero que significa que sean enviados como corderos? Recordemos que los corderos son las ovejas menores de 12 meses, son las inocentes, las que no tienen conciencia aún del peligro, son las más débiles del rebaño, las más frágiles, pero del mismo modo son las que más necesitan del cuidado del pastor, el cordero no puede poner resistencia por si mismo al lobo, depende de la protección del pastor para su supervivencia.

Es esta actitud de dependencia que quiere Cristo en sus discípulos cuando vayan anunciándolo, con mansedumbre, con inocencia, no discutiendo, no imponiendo nada, ni con ánimo de convencer a nadie, nuestra tarea es simplemente anunciar a Cristo, la tarea de convencer al pecador es del Espíritu Santo según Juan 16:8. Imaginemos por un momento si Cristo los hubiera enviado como lobos o fieras en medio de fieras, eso sin duda hubiese sido una pelea segura, se hubiesen exterminado mutuamente. Esta es la importancia de entender que Cristo nos envía como corderos en medio de lobos. 

Por último en el v. 5 les dice que a cualquier casa donde entraren primeramente digan paz sea con ellos; y en este punto no hace referencia solamente a una actitud pacificadora de no entrar en conflicto o en polémicas, va mucho más allá que esto, y por esto el título de esta enseñanza: “El evangelio un mensaje de paz”. Recordemos que estábamos muertos a causa del pecado (Ef 2:1), separados de Dios, éramos enemigos de Dios (Rom. 5:10) y por lo tanto necesitábamos a alguien que nos reconciliara con El, y con esa reconciliación una paz eterna. Este es el evangelio de Jesucristo según 2 Cor 5:18 “y todo esto proviene de Dios quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación” esta es la esencia del evangelio, este debe ser nuestro mensaje de paz: que Cristo nos ha reconciliado con Dios Padre por medio de Su sacrificio perfecto en la cruz pagando la deuda que reposaba sobre cada uno de nosotros a causa del pecado y a cambio nos ha otorgado Su justicia y Su paz para toda la eternidad, solo a Él sea toda gloria, toda gratitud, y toda alabanza. 

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