ALGUNAS FUNCIONES DE EL ESPIRITU SANTO EN LA VIDA DE EL CREYENTE.
Jn 16:8 Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio;
Es gracias al Espíritu Santo que la persona es traída a los pies de Cristo provocando arrepentimiento y fe. Como hace El Espíritu Santo esto? Nos convence, esta palabra significa que nos expone, es decir saca a la luz lo reprobados que estamos provocando culpabilidad, vergüenza y dolor por haber pecado frente a un Dios Santo y Justo. Dios utiliza la predicación de el evangelio para provocar esto en la vida de los creyentes. Cuando el Apóstol Pablo le escribe a Timoteo le pide lo siguiente: 2 Tim 4:2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Dios quiso usar la predicación de el evangelio aunado con el poder de El Espíritu Santo como medio para provocar convicción de pecado en la vida de los hijos de Dios en todo el tiempo de su vida, es decir, El Espíritu Santo siempre esta en la vida de los hijos de Dios haciendo de ellos una mejor y mas completa obra para gloria de Dios. Convencer de pecado es mostrar lo pecaminoso que somos empezando por la ofensa que hemos hecho al no tomar en cuenta a Dios en nuestro peregrinar sobre esta vida. El primer pecado que cometemos no es el haber desobedecido y causado vergüenza a los padres, tampoco es el haber sido tomados infraganti robando o mintiendo o provocando daño, tampoco cuando somos sorprendidos en adulterio o fornicacion, dicho en otras palabras los errores que se cometen no son solo en contra de una persona. El pecado que comete el ser humano es haber desobedecido a Dios en primer lugar. Pero es gracias al Espíritu Santo que nos redarguye de culpa que podemos reconocer que hemos pecado delante de Dios y dicho reconocimiento no termina ahí, es también El Espíritu Santo quien nos ayuda a acercarnos al Padre por medio de Su Hijo con la finalidad de ser perdonados y fortalecidos para persistir en el camino de la Justicia. Todo esto hace El Espiritu Santo, agradezca a El que le sigue causando convicción de pecado, que sigue intercediendo por usted y que lo sigue trayendo a los pies de Cristo.
La obra de El Espíritu Santo es muy basta, primero según el verso que leímos de Juan 16:8, es que nos convence de pecado, esto no enseña que la tarea de persuadir los corazones de los oyentes es competencia exclusiva del Espíritu Santo; el predicador puede presentar el caso y la causa, pero sólo el Señor puede abrir el corazón, vea Hechos 16:14 El Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Solo El Espíritu Santo tiene la capacidad de redargüir, exponer y avergonzar, pero a la misma vez es el mismo Espíritu Santo que nos consuela, éste es el método que el Espíritu usa: al principio, convence; después, consuela; primero tiene que abrir la herida, para aplicar después la medicina y sanarnos. Es por eso que la predicación sistemática expositiva es muy importante en estos días como la ha sido siempre, sin embargo el dia de hoy en muchos lugares no se esta predicando el Evangelio, mas bien se anima a la persona, se motiva, se exalta a las personas, realmente no están predicando el evangelio y se esta ignorando al Espíritu Santo y por consecuencia no hay salvación para muchos que acuden a lugares religiosos.
El Espíritu es enviado para convencer de pecado a los pecadores, no sólo a decirles que están en pecado; en la convicción hay mucho más que una mera noticia: hay un poder de persuasión que deja sin ninguna excusa a una persona. El Espíritu convence del hecho del pecado, de la culpabilidad del pecado, de la locura del pecado, de la mancha del pecado y, finalmente, del fruto del pecado, que es la muerte: «Porque la paga del pecado es muerte» (Ro. 6:23) Pero, especialmente, el Espíritu Santo redarguye del pecado de incredulidad. (2 Co 4:4)
El Espíritu convence de justicia, por cuanto me voy al Padre y no me veréis más» (v. 10). Esto sólo puede entenderse de la justicia personal del Señor Jesucristo. La venida del Espíritu Santo sería la señal manifiesta de que el Señor Jesucristo «había sido exaltado por la diestra de Dios» (Hch. 2:33). Ésta sería la evidencia más contundente de la justicia de Cristo. Ahora que estamos seguros de que Jesucristo está sentado a la diestra del Padre, estamos también seguros de que «asimismo nos hizo sentar (Dios) en los lugares celestiales con Cristo Jesús» (Ef. 2:6), puesto que, al ser Él nuestro sustituto en el Calvario, nosotros fuimos hechos justicia de Dios en Él (v. 2 Co. 5:21).
Y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado». Solo satanas tiene el titulo de ser padre de mentira, destructor, ladrón, fue el quien inducíos a los judíos a condenar a muerte a Cristo, el diablo, el príncipe de este mundo, el cual engaña al mundo entero (Ap. 12:9,), se juzgó y se condenó a sí mismo como mentiroso y homicida (Jn 8:44), es decir, como el gran Engañador y el gran Destructor. Por la obra de Cristo en la cruz, el diablo fue desposeído de sus mal adquiridos derechos legales sobre las naciones de este mundo y sobre las almas de los seres humanos.